>> viernes, 10 de diciembre de 2010
COMUNICADO DE PRENSA
MISION INTERNACIONAL DE OBSERVADORES
DE LA ASOCIACION AMERICANA DE JURISTAS
AL JUICIO CONTRA MAPUCHE QUE SE EJECUTA EN CAÑETE
El día 4 de diciembre se dio comienzo a la Misión Internacional de la Asociación Americana de Juristas, con el aval y representación de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de Argentina, ambas organizaciones con Estado Consultivo ante la ONU.
En su desarrollo se realizaron visitas y entrevistas en distintos puntos de la región, participando de audiencias del juicio en la ciudad de Cañete, entrevistas con los presos Mapuche en la cárcel de Lebu, conversaciones con testigos de hechos sostenidos por la acusación y por la defensa, e igualmente con víctimas de los hechos que ambas partes denuncian.
El proceso transita por declaración de testigos sin rostro, escuchados a través de un sistema de video que, interrogados por la fiscalía en forma inductiva y propositiva, responden afirmativamente y con breves palabras al relato que se les sugiere. La interrupción del relato por la fiscalía o para leerle al testigo sus declaraciones prestadas en el sumario sin control de la defensa, constituye otra forma de sugestión. La defensa sólo puede dirigir preguntas superficiales, siéndole prohibido interrogarles sobre las generales de la ley o razones de sus dichos, pues de esa forma podría develarse una identidad que en muchos casos parecieran todos conocer. Esta situación permite imponer testimonios no controlables cuyos dichos se tornan por demás dudosos por provenir de personas de necesidades insatisfechas a quienes se les asiste económicamente para que declaren. En la práctica dichos testigos, presentados por la fiscalía, parecieran anhelar el status de protegidos, no por temor sino por las ventajas económicas que ese privilegio les significa. Al menos dos de esos testigos se encuentran imputados por los mismos hechos que se investigan y se les recibió declaración, no como imputados, sino en calidad de testigos; su declaración pareciera ser el precio de su libertad. Otros no saben leer estableciéndose la duda sobre si su declaración en la instrucción les fue leída. Un testigo trascendente relató que reconoció a los cabecillas encapuchados por su voz, sin embargo en el debate oral se acreditó que su sordera le impedía escuchar las preguntas que, a los gritos, se le dirigían. Dos testigos sin rostro declararon haber tomado dos garrafas de chicha de cinco litros cada una y haber seguido tomando más, cuando se produjeron los hechos. Uno de ellos declaró no recordar bien debido a que la chicha “se le había subido a la cabeza”.
A las graves contradicciones de los testigos de cargo se suma una evidente reticencia para contestar las preguntas que se le permitía realizar a la defensa y perjurios que fueran denunciados durante el debate.
El Tribunal Oral desestimó las quejas y objeciones sobre la veracidad de esas declaraciones realizadas por la defensa y permitió que los fiscales continuaran influyendo en las declaraciones testimoniales. La Misión anhela que esta complacencia no se traduzca en incorporación de estas pruebas y espera que finalmente sean declaradas nulas y desestimadas al momento de dictarse el veredicto.
El tratamiento judicial a los Mapuche pareciera no tener en cuenta que, luego de un acuerdo con el Estado por medio del cual se pactó la inaplicabilidad de la Ley Antiterrorista del dictador Pinochet, el proceso continúa amenazando aplicar penas de más de cien años y con tipos penales abiertos que repugnan al orden jurídico internacional. Resulta obvio que los hechos planteados por la acusación no constituyen actos terroristas sino delitos comunes.
En la tarea realizada por la Misión en otros puntos, tomó nota de que muchos testigos sin rostro y protegidos fueron amenazados con ser condenados a prisiones superiores a los veinte años para que declararan un relato impuesto, que al aceptarlo recibieron mercaderías y promesas de casa y trabajo. Que nadie reconoció a los autores de los hechos y que fueron los policías quienes les proporcionaron el nombre de los imputados a los testigos.
Finalmente debe informarse sobre la desigualdad de armas entre la defensa y la acusación. La defensa informó haber recibido sólo copias parciales de lo obtenido por la instrucción, fotocopias confusas, con tachaduras, firmas y números dispares relacionadas con más de treinta testigos sin rostro. Contrasta, igualmente, el énfasis colocado en el cuerpo profesional acusatorio ya que frente a abogados que ofrecen su servicio voluntario a presos Mapuche sin recursos económicos, la fiscalía ha destacado a tres fiscales, el estado a dos abogados y la forestal a un sexto acusador full-time, que cuentan con el apoyo de un equipo auxiliar, de los carabineros, del estado y de las forestales, y el acceso irrestricto a la documentación.
En Santiago de Chile a las 20 horas del 9 de diciembre de 2010.
Graciela Alvarez Rojas, Vicepresidenta del Consejo Ejecutivo Continental de la Asociación Americana de Juristas y Presidenta de su Rama Chilena
Santiago Cavieres Korn, Miembro de la Rama Chilena de la Asociación Americana de Juristas
Ernesto Moreau, Vocal del Consejo Ejecutivo Continental y Presidente de la Rama Argentina de la Asociación Americana de Juristas, Co-vicepresidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de Argentina
BIENVENIDOS A LA REALIDAD
Tras los últimos acontecimientos, no son pocos los isleños que han conocido ya y de primera fuente la arbitrariedad supina de los tristemente célebres fiscales. O la actuación paranoica del Ministerio Público, propenso a bautizar como “terrorista” a gente humilde hastiada de las tomaduras de pelo.
Por Pedro Cayuqueo
"Carabineros disparaba como matando patos”, denuncia un joven rapanui testigo de la violenta arremetida policial en su isla. “Nos cazaban como si fuéramos conejos”, me relataba un joven dirigente mapuche un año atrás en Ercilla. Pueden cambiar las locaciones e incluso los actores, pero la escena filmada pareciera ser la misma; cowboys de uniforme arremetiendo contra los indios. En nada incide incluso que los productores y directores del filme sean diferentes. La posta de los western en Chile, patrimonio de la Concertación por dos décadas, hoy la toma la “nueva derecha” de Hinzpeter. ¿”Nueva derecha”? La expresión, sobretodo tras ver las imágenes llegadas de Rapa Nui, no deja de provocar nauseas.
Si bien recurrentes en los campos del sur, observar tropas aerotransportadas desembarcar en Rapa Nui no deja de sorprender. A uno, que ingenuamente llegó a pensar que las colonias de ultramar eran cosa del siglo XIX. Y aun más a los propios Rapa Nui, sospecho, acostumbrados a ver apaleos étnicos solo por televisión satelital. Lo reconoció el propio presidente del Parlamento Rapa Nui. “Nunca en nuestra perra vida nos habían tratado de esta manera”, señaló a The Clinic y con 8 perdigones de plomo incrustados en su espalda. Pero el dirigente fue aun más lejos en su desahogo; subrayó que sobre un 60% de los isleños apoyó y de manera entusiasta con su voto a Sebastian Piñera en las pasadas elecciones presidenciales. Este hecho, a su juicio, volvería mucho más incomprensible el represivo actuar de las autoridades frente a su legítimo reclamo territorial.
Pues queridos hermanos y hermanas de la isla, con todo respeto, bienvenidos a la cruda realidad. Y sepan que sin una organización propia, autónoma, cien por ciento Rapa Nui, vuestra lucha seguirá condicionada por intereses políticos ajenos. Intereses partidistas “continentales”, para ser más preciso. Algo de ello, a 4 mil kilómetros hacia el este, está recién comprendiendo y no sin dificultades, el propio pueblo mapuche. Mucho más cerca de ustedes, vuestros vecinos Maories, con su partido propio, sus parlamentarios en el Congreso neozelandés y su comprensión de la resistencia indígena sobre todo como una lucha de descolonización, bien podrían dictarnos a todos un par de cátedras al respecto. Y es que frente a la brutalidad policial que no discrimina gobiernos de derecha, ultraderecha, izquierda y centroizquierda, ¿qué otro camino político les queda transitar a nuestros pueblos? Y ojo, que no solo es la brutalidad policial la que se cierne como amenaza fantasma sobre la bella gente de Rapa Nui.
Tras los últimos acontecimientos, no son pocos los isleños que han conocido ya y de primera fuente la arbitrariedad supina de los célebres fiscales. O la actuación paranoica y hasta cierto punto kafkiana del Ministerio Público chileno, propenso a bautizar como “terrorista” a gente humilde hastiada de las tomaduras de pelo. Es lo que sucede, en estos precisos momentos, con el emblemático juicio oral contra mapuches que tiene lugar en Cañete, todos ellos acusados de “asociación ilícita terrorista”, vinculación con Al Qaeda, la Mafia siciliana y los Marcianos, entre otras perlas. Si bien iniciado hace ya casi un mes, recién en las últimas semanas hicieron su estreno los famosos “testigos protegidos”. O “testigos secretos”. O “testigos sin rostro”, como les llamaba Fujimori en tiempos de su dictadura y como les sigue llamando aun el siniestro régimen de Birmania. Media docena de connotados observadores internacionales escucharon sus delirantes declaraciones la semana recién pasada. Y lo hicieron, subrayan los familiares de los presos, asombrados y perplejos.
Y como no iban a estarlo, si uno de los “testigos sin rostro”, aquel que declaró haber reconocido las voces de dos imputados entre los encapuchados que atacaron un camping en la zona de conflicto, ¡resultó ser sordo!. Y tan sordo que los fiscales tuvieron que ponerle audífonos para poder interrogarlo en la audiencia. Por si fuera poco, el mismo “testigo” reconoció “no saber leer ni escribir”, desconociendo en tres ocasiones y ante los magistrados la autenticidad de una supuesta declaración suya presentada como prueba por la Fiscalía. Como broche de oro de su participación, reconoció además haber estado, la noche del supuesto ataque, “bebiendo 10 litros de chicha” en casa de la supuesta víctima. Realismo mágico puro y duro. Lo advierto desde esta humilde tribuna pública. Todo esto es lo que espera a los habitantes de Rapa Nui de ahora en más. Vayan por lo pronto despidiéndose de las curvilíneas promotoras de Sernatur. Y de los millonarios fondos de ProChile. Y de las fiestas tradicionales financiadas con el generoso Fondart. Bienvenidos todos a la realidad.
* Publicado originalmente en The Clinic, Edición del Jueves 09 de Diciembre de 2010 / www.theclinic.cl
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