Comunicado Público de Ramón Llanquileo, P.P.M. CAM
>> martes, 23 de octubre de 2012
Angol, 23 de Octubre de
2012
A mis hermanos Mapuche,
y a la opinión Pública en General:
Que
estos días ha llegado a mis manos la última edición del periódico Le Monde Diplomatique correspondiente al mes de Octubre, en
el que aparece un artículo relacionado con la lucha Mapuche, escrita por José
Huenchunao M. que se titula “Resistencia y Reconstrucción del Pueblo Nación
Mapuche”, lo que ha motivado el presente escrito.
Para
cualquier lector es un análisis muy interesante y personalmente debo hacerle un
reconocimiento a la forma como aborda “El conflicto Mapuche”, su situación
actual y el rumbo que debiera tomar quizás para enmendar algunos errores. Esto
sin duda es un aporte importante y contribuye al debate. Antes de continuar
debo dejar claro que mi intención en esta nota no es denostar a quién escribió
dicho artículo, tampoco tiene que ver con cuestionar el correcto análisis y los
antecedentes que se exponen sobre la parte principal del conflicto, ya que
estos en su mayoría están plasmados en los documentos del planteamiento
político-estratégico de la CAM.
Pero en lo que no estoy
de acuerdo, es en la parte en la que presenta la “Iniciación de la Lucha Mapuche” con mayor calidad,
tanto de los cuadros políticos, como de las definiciones políticas y
estratégicas, tergiversandola, cuando dice: “El
movimiento Mapuche más Autónomo (las comunidades en conflicto), participaron en
la creación de una instancia de coordinación de comunidades de la zona de
Arauco y Malleco”, lo que no es correspondiente al hito histórico que es el
surgimiento de la Coordinadora
Arauco Malleco -CAM-.
Esto
lo considero un hecho de extrema gravedad, ya que él es un dirigente Mapuche
que participó como miembro y vocero de la
CAM, pero que hoy pretenda borrarnos de un plumazo, resulta por lo menos
extraño, y es justamente a las expresiones de lucha más consecuente de los
últimos tiempos, en este sentido a la
CAM.
Considero
aún más grave que él, conscientemente, se sume a las campañas de invisibilización
que vienen emprendiendo desde hace muchos años nuestros enemigos más directos;
el empresariado forestal, los grupos económicos transnacionales y el Estado
Chileno que actúan como guardianes de esos intereses capitalistas, y ha sido
precisamente a través de sus medios de comunicación masivos, los que son
utilizados como métodos de tergiversación y de manipulación de la información,
sobre los contenidos de nuestra propuesta política y de nuestro accionar de
lucha revolucionaria, lo que están basado en sus dos pilares fundamentales, la Resistencia y la
Reconstrucción Nacional para
avanzar hacia un proceso de Liberación Nacional Mapuche.
Las
razones que tienen nuestros enemigos las entendemos y no nos sorprenden a pesar
de los golpes que hemos venido recibiendo, seguimos siendo ejemplo de moral y
conservamos intacta la ética revolucionaria ya que seguimos siendo
organización. Como CAM no nos hemos arrodillado para recoger las migajitas
traducidas en proyectos asistencialistas, tampoco hemos ido en busca de
pequeñas concesiones de participación política en sus estructuras de
dominación, por lo tanto la CAM como organización no es responsable de
que algunos procesos de lucha en la zona de Arauco se hayan mezclado producto
de las negociaciones desarrolladas por algunos dirigentes Mapuche con el Estado
Chileno, a espaldas del movimiento más consecuente.
Todo
esto lo planteo con respeto y es porque me siento responsable de exponer las
verdades, ya que como miembro y dirigente de la
CAM, soy conocedor de los hechos políticos sucedidos en Arauco, además que
pertenezco a la zona de Lleu-Lleu y vengo participando desde fines de 1998
y retengo en la retina y en la memoria a quienes tambalearon por buscar beneficios personales otorgados por el Estado, con el fin de quitarnos la base
social, lo que implica sin duda seguir construyendo con mayores esfuerzos y con
mayor compromiso. Hoy, podemos decir mirando de frente y con la moral intacta,
que la CAM existe y es ejemplo de dignidad, por tanto no
la podrán borrar de un plumazo de la historia que se ha comenzado a escribir.
Ramón
Llanquileo
P.P.M.
CAM
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