La
lucha por el territorio y la autonomía son las aspiraciones y demandas
más sentidas y pretendidas por la mayoría de las organizaciones mapuche y
ciertamente este es uno de los objetivos estratégicos de las agrupaciones que
nos encontramos en resistencia en el wallmapu. Sin embargo, aun hay
vacíos tanto políticos como ideológicos para asimilar dicho proceso y muchas veces confundimos
las distintas líneas políticas y se termina subordinado a la
institucionalidad opresora.
En este
sentido nos llama la atención, que por el sólo hecho de haber mapuche
involucrados y sin análisis previos, se corre a apoyar procesos que
aunque en el discurso parecen revolucionarios, en la práctica lo único
que buscan son salidas integracionistas dentro de la institucionalidad winka y
opresora.
Por lo
anterior, es importante que si hablamos de autonomía, acotarla para su mayor
comprensión e implementación, entendiéndola bajo tres dimensiones; independencia
organizativa y política, autonomía como autoafirmación de nuestra identidad y
autonomía de pensamiento basadas en un proceso permanente de descolonización
ideológica. En definitiva, pensar y actuar desde criterios propios.
Particularmente,
ya hace algunas semanas se han recibido informaciones respecto de procesos de
recuperación del fundo “El Canelo”, que junto a la Puntilla de Tranaquepe
son espacios territoriales, actualmente, en manos de Volterra y Mininco
respectivamente, reivindicados históricamente por las comunidades del sector.
Que hoy exista interés por parte de Volterra de vender, nos es producto
de su sensibilización antes las demandas de nuestras comunidades, sino al
continuo sabotaje a las faenas de esta empresa y al proceso de control
territorial productivo que las comunidades han realizado, con diversa
intensidad y permanencia, durante años.
Extrañamente,
ahora que efectivamente Volterra decide vender, aparecen como siempre los
oportunistas que actúan como mediadores entre las comunidades, la CONADI y la
Forestal, y que con discursos neoliberales o integracionistas, pretenden
hoy conducir, someter, condicionar y capitalizar para sus propios intereses y
los del sistema, procesos que se han levantados con perspectiva autonómica
desde hace años; favoreciendo ventas especulativas en que CONADI paga valores
por sobre el valor real a las forestales.
Como muy bien lo señala la
declaración de Forestal Volterra:
“1.- Desde el 12 de octubre de 2013 a la fecha Volterra ha
sido objeto de una ocupación ilegal y violenta del predio Tranaquepe por
Comunidades Mapuches que reivindican derechos territoriales. Desde esa fecha,
Volterra ha sostenido conversaciones con todas las instancias involucradas
entre quienes se cuentan los Presidentes y Comuneros, el Alcalde de Tirúa,
CONADI y el Gobernador de Arauco.
2.- Volterra ha
buscado por medios pacíficos y conforme a la institucionalidad vigente, a
través de CONADI….”
A
través de la presente denunciamos a algunos de dichos operadores políticos y su
rol en el conflicto, cuya actuación tiene como objetivo desvirtuar el proceso
llevado por las comunidades y promover el clientelismo político. Nos referimos
a Adolfo Millabur y Santos Reinao Millahual, ambos ligados a la actual “Nueva
Mayoría” y que históricamente han mediado para profundizar la integración al
mundo winka, desde perspectivas asistenciales y de dependencia económica con la
lógica productiva de las políticas públicas chilenas y que nuevamente los
descubrimos actuando solapadamente.
Adolfo Millabur
De la
comunidad de El Malo, alcalde de Tirua, Provincia de Arauco,
Independiente del Partido Socialista. Electo por primera vez alcalde por la
misma comuna en los periodos 1996 hasta 2008, concertacionista y acérrimo
defensor de la privatización del territorio mapuche, particularmente, de las
empresas forestales en wallmapu. A finales de los noventa levanta una propuesta
a través de la Identidad Territorial Lafkenche, quienes propugnan "Reconocimiento,
Justicia, Territorios, Derechos y Autonomía" pero siempre subordinados a
la institucionalidad chilena, a su modelo político y económico. Claramente
Millabur es un agente de intervención, que junto a su camarilla de dirigentes,
cooptan dirigente de distintas comunidades enarbolando banderas de lucha, por
autonomía y territorio, pero que en la práctica su acción siempre termina
favoreciendo las inversiones privadas. Es más, nunca se ha recuperado ni
una hectárea de tierra gracias a los negociados de Millabur, exceptuando
algunas entrega de tierras en otras comunas.
Millabur
ha respaldado públicamente la recuperación del fundo El Canelo, de parte de
cinco comunidades (PJ) de los sectores de El Malo, Ranquilhue y Choque, algunas
de las cuales, por fundamentos históricos, no les corresponde dicho predio,
generándose conflictos con otras comunidades que sí tienen derechos históricos
sobre esas tierras. De pasada expulsando al adversario político de Millabur,
Santos Reinao Millahual, a través de acciones de hostigamiento a
las faenas que éste llevaba a cabo en conjunto con Volterra.
Santos Reinao
Millahual
De la
Comunidad de Miquihue, militante del Partido por la Democracia (PPD) y
dirigente mapuche en la zona, candidato a la Alcaldía de Tirúa y adversario de
Adolfo Millabur. Actualmente contratista de Forestal Volterra. A todas luces
sus intereses son evidentes, pues él ha optado por un modelo de producción
contradictoria con nuestra idea de autonomía y nuestro derecho ancestral.
Planteando siempre salidas subordinadas, al igual que Millabur, a los intereses
de quienes los contratan. Estimulando a las comunidades a aceptar e integrarse
a esta forma de subsistencia, la cual se constituye en “pan para hoy y
hambre para mañana”.
En su
calidad de contratista recluta jóvenes mapuche para trabajar para Forestal
Volterra en la cosecha del eucaliptus.
Millabur
y Reinao son las dos caras de una misma moneda, son claros agentes de
intervención y manipulación, supeditando el diálogo a sus intereses propios
designados por las empresas trasnacionales y compromisos políticos, son más de
los mismo que asumiendo un discurso reivindicativos desarrollar la
profundización de la dependencia a modelos chilenos de inversión y asistencia.
Por lo
anterior y por todas las lamentables situaciones provocadas por la política de
entrega de tierras del Estado chileno (Concertación y Alianza) a través de este
tipo de operadores políticos, es que como organización, rechazamos
enfáticamente el intervencionismo y manipulación política que realizan dichos
operadores, confundiendo a las comunidades y confrontándolas entre sí. Por ello
reafirmamos que el único camino para la recuperación de nuestro territorio es
el Control Territorial a partir de las demandas ancestrales y a través de
nuestras organizaciones tradicionales y no en base a las Comunidades (PJ), si
no de los antiguos lof. Sólo esta estrategia es la que permite unidad,
autonomía y autodeterminación y evita las luchas fratricidas.
En este
escenario debemos defender nuestros caminos de autonomía política y territorial
como un claro gesto de dignificar nuestras propias capacidades como mapuche y
como Nación, que nuestra autonomía debe estar expresada en la separación con
los partidos y otras influencias políticas winka. No seguir legitimando a la
institucionalidad política y económica, revitalizando lo propio como parte
fundamental de nuestros procesos de autoafirmación. Se debe poner fin a la
subordinación política, económica y simbólica a toda expresión que no parta de
nuestro feyentun ka mapuche kimun. Dignificar nuestra identidad y
fortalecernos como mapuche, desde lo mapuche, permite convencernos de nuestra
acción política y que conlleve una práctica antisistémica y emancipadora.
POR AUTONOMIA Y TERRITORIO HACIA LA LIBERACION NACIONAL
LIBERTAD A LOS PRESOS POLITCOS MAPUCHE
Comisión Política CAM
Wallmapu, 14 de marzo de
2013
Read more...