LLAMADO A UNA INICIATIVA HUMANITARIA PARA CONTRIBUIR AL TÉRMINO DE LA HUELGA DE HAMBRE DE HECTOR LLAITUL Y RAMÓN LLANQUILEO
>> miércoles, 2 de enero de 2013
La huelga de hambre es un recurso extremo al que recurre alguien al ver que el
diálogo razonable no opera.
Esta es la situación en que se encuentran ahora los dirigentes de la
Coordinadora Arauco Malleco (CAM) Héctor Llaitul y Ramón Llanquileo, quienes
desde el día 14 de noviembre de 2012 se encuentran empeñados en conseguir una
reconsideración de su situación legal después de una sentencia por homicidio
frustrado.
La revisión de esta sentencia por parte de la Corte Suprema ha logrado que se
reconocieran diversos factores, con resultado de reducción de penas, pero creemos
que con esto no se toca la esencia del reclamo que los huelguistas están dirigiendo al
Estado chileno y a la sociedad chilena, al costo de su salud y eventualmente de sus
vidas.
Este reclamo se refiere a la necesidad perentoria de que Chile reconozca algo
que está plenamente documentado y que muy claramente lo ha expresado el recién
laureado con el Premio Nacional de Historia, Jorge Pinto Rodríguez en entrevista en
El Mercurio del día 2 de septiembre de 2012, donde afirma, refiriéndose a la CAM:
“considero que sus demandas son legítimas, porque se inspiran en esa larga historia
de abusos, atropellos y expropiaciones de tierras que tanto empobrecieron al
Mapuche”.
El “problema Mapuche” entonces no es un tema simplemente policial o
jurídico; es un tema político que implica reconocer que los Mapuche están
embarcados en una causa que brota de la ocupación abusiva que hizo Chile de su
territorio al sur del Bío-Bío, ocupación de la cual Chile hasta ahora no ha estado
dispuesto a dar razón ni reparación.
Esto implica que ni Llaitul ni Llanquileo puedan ser tratados como
delincuentes y mucho menos como terroristas y al mantenerlos en esa condición se
hace que cada día sea más difícil llevar adelante el diálogo que está pendiente entre la
Nación chilena y el pueblo Mapuche. Por lo tanto ponemos a consideración del país un
camino de paz y de justicia bajo los siguientes predicamentos:
1.- La libertad inmediata e incondicional de Héctor Llaitul y Ramón Llanquileo
como forma de terminar con la huelga de hambre.
2.- Creación de una instancia de diálogo entre el Estado chileno y los
representantes legítimos del pueblo Mapuche.
3.- Definición de una agenda común que pueda desembocar en un acuerdo que
considere la autodeterminación y formas de representación y autogobierno del pueblo
Mapuche.
4.- Recuperar para las comunidades los territorios Mapuche que en su gran
mayoría se encuentran en manos de las forestales y reconocimiento del Tratado de
Tapihue de 1825, vigente y no respetado por el Estado Chileno, aplicándose el
principio "pacta sunt servanda "; vale decir, los tratados se deben respetar tal como ha
sido la línea de Chile para todo conflicto internacional.
5.- Promover con urgencia una ley de indulto general a los presos por este
conflicto territorial y, en lo inmediato, la consagración del debido proceso en las
causas judiciales, término de la actual prisión preventiva prolongada e ilegal y acceso
real a la defensa y a la Justicia para todos los integrantes de los pueblos originarios
detenidos y procesados por defender sus tierras.
6.- Pleno respeto al Convenio 169 de la OIT, firmado y ratificado por Chile a fin que
los pueblos originarios sean efectivamente consultados sobre las políticas y
programas sociales y de inversión que les conciernen.
7.- Resguardo de la integridad física y psíquica de la niñez mapuche y
cumplimiento de todos los compromisos establecidos por el Estado chileno ante el
concierto internacional en materia de Derechos Humanos.
Nos parece que todo intento de diálogo por parte de algún organismo del
Estado u oficina del Gobierno, por bien intencionado que sea, no llegará a buen puerto
sino considera estos puntos, porque no se hace cargo de la demanda principal del
movimiento y de la reparación del daño causado con la criminalización de estas
demandas.
Tarde o temprano el país y el gobierno de turno tendrán que tener el valor de
caminar en esa dirección.
Santiago 27 de diciembre de 2012 a 43 días del comienzo de la huelga de hambre.
Firman el presente llamado:
-
Jorge Pinto Rodríguez, Premio Nacional de Historia 2012.
-
Luis Álvarez Figueroa, Pastor Presidente Iglesia Evangélica Luterana en Chile.
-
José Balmes Parrón, Premio Nacional de Arte 1998.
-
Juan Pablo Cárdenas Squella, Premio Nacional de Periodismo 2005.
-
Raúl De la Puente Peña, Profesor de Estado, Presidente Nacional de la ANEF.
-
Viviana Díaz Caro, Premio Nacional de Derechos Humanos 2011.
-
Andrés Fielbaum, Presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, FECH.
-
Sergio Grez Toso, Historiador y Académico de la Universidad Chilena.
-
Juan Guzmán Tapia, Jurista, ex Juez de la República.
-
Enrique Paris Mancilla, Presidente del Colegio Médico de Chile
-
Armando Uribe Arce, Diplomático, Premio Nacional de Literatura 2004.
-
Diego Vela Grau, Directiva Federación de Estudiantes de la Universidad Católica – FEUC.Pastoral Mapuche Comisión Ética Contra la Tortura27 de diciembre de 2012.
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